Comienzo mi escrito de hoy comentando frases textuales que muchas veces escuchamos en nuestro día a día, a veces dirigidas a nosotros y otras veces dirigidas a amigos, colegas, vecinos o simplemente una persona que camina a nuestro lado en la calle:
- Hola. Pana. Como estas? Tanto tiempo sin verte! … y esa lipa cervecera? Estas redondo!
- Hola. Chica. Como andas? Pareces una caja fuerte con combinación tan extraña! (refiriéndose a su vestimenta)
- Hola. Amigo … y esas canas? Ahora eres “cabeza de periódico”!
Antes frases como esas, puedo observar expresiones de desagrado en las personas quienes las reciben, y me pegunto para que tratar a la gente así. Todo merecemos respeto, y no somos objeto de risa para el otro. Además, la gente debe aceptar a los otros tal como son: gordos, bajitos, etc.. Por otro lado, por el hecho de ser amigos o conocidos nos tenemos el derecho de meternos en la vida de la otra persona. Pienso que muchas veces abusamos de esa buena característica, de nosotros los venezolanos, como es nuestro agrado por la continua GUACHAFITA, esa alegría constante que nos permite bromear para generar buen ambiente, y caemos en la burla, generando falta de seriedad. Una persona que te saluda ofendiéndote en realidad no puede estar interesada en saber como realmente te encuentras, es contradictorio! Y ante comentarios así, yo me quedaría callada sin respuesta alguna. Pero hay personas que no se callan y responde a duramente diciendo “…pero bueno, que te importa a ti si estoy gordo, eso no es problema tuyo! Y caemos en la agresividad porque estamos molestos.
Para terminar, si creo que hacer bromas para divertirnos no es malo pero siempre debemos saber hasta donde podemos llegar.
