Quejas

He conversado con un montón de amigos, en los últimos tiempos, y en las conversaciones he notado siempre la queja, el lamento, la crítica expresada en frases como:
“Estoy agotada” y “La casa se me viene encima”,
“Tengo mucho trabajo” y “El sueldo es una miseria”,

“Estoy horrenda” y “Estoy muy gorda”,
“En vacaciones, visitamos España pero no fuimos al Museo del Prado ni a la playa”,
“Mi esposo no le gusta bailar” y “Casi nunca salimos”.
Tal vez, muchas quejas estén bien fundamentadas y nada y nadie puede aliviar nuestras tristezas y males.
Para entender mejor esto busque la definición de Queja y encontré una que me parece muy completa: “Cada uno de nosotros tiene ilusiones, sueños, metas o expectativas respecto a la realidad. Cuando existe una notable diferencia entre lo que queremos y lo que la realidad nos ofrece, aparecen las quejas”.
Tal vez las quejas ocasionales nos permitan librearnos, momentáneamente, de nuestros males (drenar), sin embargo también pueden convertirse en un vicio y no tener beneficios para nosotros cuando se vuelven quejas insistentes, ya que caemos en un pesimismo crónico y hasta muchas veces en envidias hacia otras personas que no se quejan tanto y disfrutan tranquilamente de lo que tienen.
Sin embargo, qué pasaría si no nos quejamos tanto y comenzamos a tomar lo malo como simples experiencias y también comenzamos a agradecer lo que tenemos como es: una casa para limpiar, trabajo, comida y salud, y viajes que recordar y una persona a nuestro lado, quien es diferente a nosotros pero esta a nuestro lado, por tomar los ejemplos iniciales.
Adicionalmente, hay que tener un Plan ante una queja, si estoy gorda, bien, me quejo la primera vez, cuando me miro en el espejo, pero luego debo pensar en cuidar mi alimentación, hacer ejercicio, etc. y no pasarme la vida quejándome… si no bajo de peso al menos lo intenté y tendré buena salud gracias a la alimentación adecuada y disfrutaré de actividades nuevas al ejercitarme un poco.